Arte y arquitectura
article | Tiempo de lectura5 min
Arte y arquitectura
article | Tiempo de lectura5 min
Explore las vidrieras de la Sainte-Chapelle...
Esta vidriera no nos muestra ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento, sino el carácter sagrado de la dinastía real. Explica el propósito y el destino de Luis IX, una especie de testamento ilustrado antes de su partida hacia la 7 a Cruzada en 1248.
En la tradición cristiana, la Vera Cruz hace referencia a la cruz utilizada durante la crucifixión de Cristo. La tradición y la leyenda atribuyen el descubrimiento de la Vera Cruz a Santa Elena, madre del emperador Constantino, que viajó a Tierra Santa en el siglo IV en busca de reliquias de la Pasión de Cristo.
Helena recogió otras reliquias de la Pasión, en particular la Corona de Espinas. Conservadas en Constantinopla, capital del Imperio bizantino, hasta el siglo XIII, las reliquias fueron adquiridas por Luis IX y trasladadas a París.
La tradición medieval de la invención de la Vera Cruz revivió en el siglo XIII en la Leyenda Dorada de Jacques de Voragine. La bahía de las reliquias narra esta historia, desde el descubrimiento de la Vera Cruz y la Santa Corona por Santa Elena hasta su llegada a la Sainte-Chapelle.
Un medallón en la bahía de las reliquias nos muestra, por si había alguna duda, el alcance de la piedad del rey. Se representa a Luis IX, acompañado de su hermano, Roberto de Artois, descalzo, llevando sobre sus hombros una camilla cubierta con un velo bajo el que se guarda la Santa Corona. La representación del Rey participando en un acontecimiento que condujo a la construcción de la Sainte-Chapelle hace interesante la iconografía de esta vidriera. El Rey es representado como un sucesor lejano de los primeros reyes del Antiguo Testamento: Saúl, Salomón y David, un guía espiritual que conduce a su pueblo hacia la revelación divina y la salvación.
Bernard Acloque - Centre des monuments nationaux